Llevo semanas pensando en el primer post de este blog. Pensaba escribir algo muy cotidiano de mi vida como actriz o algo súper metafísico sobre lo que siento hacia mi profesión. Sin embargo hay algo más importante que todo eso, y es el día a día en mi vida. Y aunque no quería hablar de nada personal en este blog, rompo mi norma nada más empezar. Pero es que la actualidad supera la ficción.
Hoy están operando a mi sobrina Maki de cuatro años. Le han diagnosticado una Encefalitis de Rasmussen y tienen que quitarle un hemisferio del cerebro para salvarle la vida. Lleva un año y medio con ataques epilépticos, ha pasado cuatro veces por quirófano y le han hecho de todo en la cabeza. Toma mucha medicación y se ha pasado los últimos dos meses metida en el hospital.
NUNCA la he visto quejarse por NADA. (Bueno, solo un día que quería comer queso y no le dejaban los médicos).
Cuando todos a su alrededor estábamos con un nudo en la garganta porque le estaba dando una crisis grande, ella aguantaba, y cuando terminaba, se ponía a bailar. No ha derramado ni una sola lágrima y todos a su alrededor hemos llorado como niños (bueno, como no todos los niños). Cuando estaba un poco mejor (aunque caminase mal y estuviese medicadísima) quería jugar al escondite, correr por el jardín del hospital y hacía bromas sin parar. En la última fase de la enfermedad las crisis han sido continuas, pero temblándole constantemente la mejilla ella te cogía la cara y te daba besitos sin parar. Ayer fuimos a verla por última vez antes de la operación, y mientras yo estaba muy nerviosa por cómo iba a salir, ella bromeaba haciendo como que me quitaba la nariz y se la comía. Luego me la devolvía, eso sí. Y me preguntaba qué personaje me pedía en la peli de dibujos que estaba viendo. Y hoy, entraba al quirófano abrazada a su osito Lulú con una sonrisa en la cara. Estaba contenta porque la iban a curar.
Y yo pienso en la fortaleza de esta niña, en su sentido del humor, en su carácter, en su cariño… Siempre dispuesta a colaborar con los médicos, repartiendo amor a raudales y bromeando sobre cualquier cosa.
Es increíble. Y pienso en todo lo que me está enseñando y quiero ser como ella.
Gracias Maki por tu cariño, por tus sonrisas y por tu fortaleza. Te dedico mi primer post y espero poder estar a la altura de tus circunstancias. Te quiero.