SHOPPING & FUCKING & DJANGO

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Ayer leí Shopping and fucking, una obra de teatro de Mark Ravenhill. Y por la noche vi la película Django Desencadenado, de Quentin Tarantino.  No sabía de qué iba ninguna de las dos, pero casualmente al final del día me encontré con dos historias brutales que hablaban de la esclavitud y la identidad en dos contextos completamente diferentes.

La obra de Ravenhill es contemporánea (bueno, de 1996, que en teatro se considera moderna moderna). El dinero es Dios, el mundo gira en torno a la preocupación por ganar dinero (como ves no es ciencia ficción). Una pareja busca a un dueño que les pague por ser sus esclavos. Hay drogas, muchas drogas, que hacen que la realidad se distorsione demasiado y que la necesidad de tener experiencias excitantes sea cada vez mayor y más difícil de satisfacer. Hay sexo, violento, castigador y culpable. Y hay un conflicto insoportable acerca de la identidad. Ahí nadie sabe quién es, cómo es, qué le gusta y qué no. Uno de ellos relata una historia futurista, acerca de una relación. En ella el dueño dice: “Te dejo en libertad. Puedes irte ahora” y su esclavo le responde: “Por favor. Me voy a morir. Yo no sé cómo… No puedo alimentarme. He sido un esclavo toda mi vida. Nunca tuve un pensamiento propio. Me voy a morir en una semana.” Y el otro dice: “Es un riesgo que estoy dispuesto a correr”

Django desencadenado se desarrolla en Texas en 1858. Cuenta la historia de un esclavo negro que es comprado/liberado por un cazarrecompensas para que le ayude a encontrar a unos delincuentes. Cuando el cazarrecompensas le pregunta a Django qué va a hacer cuando terminen el negocio que tienen, él no duda: “Buscar a mi mujer y liberarla”.

En 1858 los esclavos no recibían nada por su esclavitud, eran moneda de cambio y querían ser liberados para hacer su propia vida (Vale, dicho muy a grandes rasgos, pero me entiendes). En 1996 los esclavos piden serlo, son individuos que se venden para tener más dinero y para encontrar una identidad, alguien que les diga lo que tienen que hacer y cómo.

¡¿Qué coño le está pasando al ser humano?! Hemos dejado de pensar, nos cuesta enfrentarnos a nuestra educación, cuestionarnos el mundo que nos rodea. Ravenhill saca la historia de El Rey León para explicar el ciclo del Ser. El hijo, una vez que se hace mayor, quiere hablar con el padre que se le aparece como un fantasma y demás. Pero ese fantasma que aparece para que sigas el ciclo y no puedas independizarte de esa relación (en el caso de los personajes de Ravenhill es muy dañina) es también nuestro dios padre: el dinero, el consumismo, la ambición desmedida, la publicidad, la violencia consentida. ¿De qué somos esclavos ahora en el siglo XXI? ¿A quién entregamos nuestra vida? ¿Qué es lo que nos impide pensar y romper el Ciclo del Ser?

Dos historias brutales en el sentido más literal de la palabra.

 

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4. El casting-o.
3. La espera activa.
2. Rodéate de l@s mejores.
1. La actualidad supera la ficción.

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