Rodéate de l@s mejores

0 Flares Twitter 0 Facebook 0 0 Flares ×

Hace unos meses estuve en Cantabria. Tiene unos paisajes tan impresionantes y bellos que pensaba que allí todo el mundo tenía que ser feliz. Si vives rodeado de tanta belleza tiene que afectarte positivamente. Esto es pura fantasía, pero sí creo que lo que nos rodea, nos influye. Y pensé en mi trabajo como actriz y en cómo rodearme de buenos actores (otro tipo de belleza) podía influir en la calidad de mi trabajo.

Tener unos compañeros talentosos es lo mejor que te puede pasar como actor/actriz. Para mí un buen actor/actriz es el que  se cree y hace creíble su personaje y sus circunstancias durante la grabación, los ensayos o la función de teatro. Y llegar a esto implica muchas cosas.

A veces da miedo tener compañeros muy buenos porque a su lado uno no llama tanto la atención (incluso a veces la llama para recibir críticas), no es elogiado (o por lo menos no en solitario) y el ego no se alimenta con las dosis que nos gustaría. También puedes oír expresiones como “Esta actriz se comía a su compañera”. Hay que pasar de esas mezquindades. Si se la comía, sería para alimentar su ego y nada más. No me gustan esas expresiones aunque me las digan a mí para piropearme.

Lo que se experimenta y se aprende cuando se trabaja al lado de un gran actor/actriz es maravilloso, quizá la mejor clase de interpretación que puedes recibir.

Recuerdo un ensayo de Crimen y castigo, con la actriz Ludmila Ukolova, como una de mis experiencias más sobrecogedoras como actriz. Yo hacía de Sonia y Ludmila de mi madrastra. Hay una escena de la novela en la que Sonia va a contarle a su madrastra que el padre ha muerto, y ésta se lamenta por los niños y le dice a Sonia que tiene que seguir ejerciendo de prostituta para alimentarles. Ludmila es de esas actrices que se creen y hacen creer a los demás todo lo que vive en escena. Aquel día yo había trabajado la escena pero no tenía muy claro lo que quería probar y cómo enfocarla. No hizo falta. Ludmila me abrazó al verme, gritó por la muerte de su marido y pronunció los nombres de sus hijos con tanta verdad que yo no podía hacer otra cosa sino creerla y dejarme llevar por lo que ella me proponía. Experimenté ese sentimiento de facilidad del que habla Mijail Chejov. Yo no tenía que hacer nada y todo fluía. Fue como vivir de verdad un pedazo de otra vida. Mi compañera, una maravillosa actriz, me trasladó a las circunstancias de la novela con su actuación y me introdujo con una facilidad pasmosa en la mente y el cuerpo de Sonia.

Yo intento rodearme de los mejores actores/actrices porque sé que así, la calidad de mi trabajo crecerá. Y no hay que tener miedo a ser pequeño al lado de otro, hay que valorarlo, admirarlo y exprimir su sabiduría para algún día ser tan buenos como queramos llegar a ser.

Cantabria

 

Ver otras entradas del blog MÁS VIDAS QUE UN GATO:
1. La actualidad supera la ficción.

0 Flares Twitter 0 Facebook 0 0 Flares ×

Deja un comentario